domingo, 1 de noviembre de 2009

Toro y Torero.

Podemos empezar todas las historias con un “ hace mucho tiempo”, clásicas de un cuento infantil, puede que la siguiente historia también pudiera empezar así, pero no, no paso hace mucho tiempo, de hecho la pensé cuando manejaba, y espero que la esencia sea la misma, pero se me han venido ocurriendo ideas en momentos esporádicos, solo que no he tenido la oportunidad de ir escribiendo lo que se me va ocurriendo, ahora mismo tratare de tener la misma inspiración que tuve al ver un paisaje de grandes árboles tocando el cielo, comparado con un cuarto desordenado y con mucho polvo, el cual me da alergia, así que esperemos que en este pequeño momento sin luz, salga algo bueno.

Y comienza así.

Tal vez el destino era ese, estaban, aunque no lo sabían, unidos. Fue el destino quien los unió, al final ellos son parte de el mismo suceso de eventos que hacen mover al mundo, infinitos lazos que se van entretejiendo.

El toro, solitario, no teniendo un fin, su futuro estaba ya decidido, no por el, pero al final a el tampoco le importaba demasiado. El Torero, un hábil maestro en su arte, no fue fácil su asenso a ser respetado, tuvo que haber pasado muchos altos y bajos, el haberse enfrentado ya a varios toros que le habían dejado profundas heridas, que habían sanado con el tiempo, así como tenia trofeos de aquellos encuentros.

Llego el día en que inevitablemente se tuvieron que ver estos dos personajes, no era un enfrentamiento común, la plaza inesperadamente llena, se encontraba expectante por la actuación de el Torero. Una buena tarde de domingo a final de cuentas, inexplicable pero algo hacía dudar a este Torero acerca de el encuentro que tendría esta vez, había tenido varios encuentros, pero al final algo en este lo mantenía impaciente, algo que había sentido la primera vez que salió al ruedo, se mantuvo recordando aquella primera vez, le serviría para no cometer los mismos errores.

Solo, y a la expectativa, había sido entrenado burdamente, había sido condenado por lastimar alguna vez a una vaca, marcado, esta sería la primera vez que se enfrentaba a un suceso como este, no sabía que esperar, n i que sería lo que él tendría que dar de sí, ¿Qué hacer?, no lo sabía muy bien, pero se dejaría llevar por su instinto, que tal vez lo habría a ayudado a salir de problemas anteriores, ¿Lo ayudaría en este?

Llego el momento, momento de conocerse, como lo dije, el destino tenía preparado este momento.

Se abrieron las puertas, el público estaba observando, las miradas clavadas en los dos, cada uno se sentía intimidado por el otro, llego el momento de entrar juntos a el circulo en el cual los dos probarían su resistencia.

El torero se sintió atraído por este toro, ¿Qué sería?, exactamente ni él lo sabía, no tenía claro por qué él era diferente, aunque igual, al fin y al cabo era un toro ¿cierto?, no tendría por qué ser diferente, pero su experiencia le decía lo contrario. Se sentía animado por el júbilo del público.

El toro, se sentía importante, también se mantenía cauteloso, sentía que él podría manejar todo, tenía la esperanza, de que su confianza en él pudiera ser otra, se repetía eso a sí mismo, esperando que funcionara, sabiendo que si no lo creía no daría resultado.

¿Por que se me ocurrió el de una corrida de toros? No lo sé, la verdad fue lo primero que se me ocurrió y de ahí he venido relacionando todo, ojala sirva, aunque me aburren y odio las corridas de toros, creo que por algo se me ocurrió, puede que de algún sueño.

Puede ser que continúe la historia, si lo hará, necesito tiempo, por ahora si escribir lo que se me ocurra, en los momentos más inoportunos, por ahora esto es algo, un principio que tendrá final, ¿O debo esperar a que tenga un final?, no lo sé, eso tendrá que verse, cuando lo imagine pensé en un final antes que un principio o una trama, pero el final era algo triste, y siento que es un reflejo de lo que sentía en aquel momento. Esperemos a que llegue de nuevo la inspiración.



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