Bien, de nuevo, antes de irme a dormir, (viendo Pulp Fiction), en mi nuevo reproductor mini, escribo esto, mientras se me caía la baba, (si tengo más de donde vino), pues se me ocurrió esto que había venido pensando desde hace un tiempo. Casualidad.
Si casualidad, y es que así debo de conocerla, de empezar, debe ser una casualidad, pero puedo estar seguro de que estas no pasan, se hacen, las casualidades se fabrican. Y yo estoy fabricando la mía, como lo he hecho antes, y es que eso es lo bonito de una “casualidad”, que se recuerda no como un frio plan calculado, si no que es más cálida, esboza una sonrisa al destino.
Y todo, todo va de acuerdo al plan.
Y así me voy a dormir, mientras uso Office, como herramienta para no saber usar acentos, aunque tal vez solo me dé flojera.
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